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Enamorada
en Monte Albán:
Un Viaje Inolvidable
Mi nombre es Clara y mi historia comienza en el corazón de Nueva York,
en una vida que, a pesar de su bullicio y ruido constante, se sentía increíblemente vacía. Mi alma clamaba por una aventura, por algo más allá de los rascacielos y las luces de neón. Y así, un día, mientras exploraba en Internet, tropecé con una imagen de Monte Albán. El sitio arqueológico, con sus pirámides y su arquitectura inigualable, parecía llamar mi nombre.
Inmediatamente contacté a Grillotours para reservar mi tour a Monte Albán. Con cada detalle que me proporcionaban sobre la entrada a Monte Albán, sus esculturas, su historia, y la promesa de que Monte Albán estaría abierto a mi llegada, mi corazón latía con una emoción desconocida. No lo sabía entonces, pero estaba a punto de embarcarme en un viaje que cambiaría mi vida para siempre.
Al llegar a Oaxaca, la diferencia era palpable. La vibrante cultura, la calidez de la gente, y
la rica historia que se respiraba en cada esquina me envolvieron. Y cuando finalmente
llegué a Monte Albán, me quedé sin aliento. Las pirámides, la arquitectura, y el museo de Monte Albán eran aún más impresionantes en persona.
Pero fue durante el tour cuando mi vida dio un giro inesperado. Entre las pirámides y las esculturas, lo vi. Un hombre de ojos profundos y sonrisa cálida que, como yo, parecía haber sido llamado justo a ese sitio. Y en ese instante, entre la arquitectura milenaria y el oro de Monte Albán, supe que había encontrado algo más que una aventura.
Las siguientes salidas solo sirvieron para confirmar lo que ya sabía. Cada paseo, cada visita a un restaurante, cada noche bajo el cielo estrellado de Oaxaca, me acercaba más a él. Y cuando finalmente me beso bajo la sombra de un árbol, supe que había encontrado el amor.
Sin embargo, la vida, como siempre, tenía otros planes. El día antes de mi regreso a Nueva York, él desapareció. Pasé horas buscándolo, preguntando a los guías de Grillotours, pero nadie sabía nada. Finalmente, encontré una nota en la tienda de Monte Albán, escrita con su letra que decia: "No es un adiós, es un hasta luego. Espero volverte a ver ".
Así que aquí estoy, de vuelta en Nueva York, pero mi corazón sigue palpitando. Y sé que algún día, volveré a Oaxaca, volveré. Porque la aventura, el amor y la emoción que encontré en aquel viaje a Monte Albán han dejado una huella imborrable en mi alma.
